¿Y si la cura contra el cáncer estuviera fuera de la Tierra?

¿Podría el espacio convertirse en un aliado inesperado en la lucha contra enfermedades como el cáncer o la osteoporosis? Esa es precisamente la posibilidad que explora el doctor Abba Zubair, investigador de Mayo Clinic, a través de sus estudios en condiciones de microgravedad.

El experto ha centrado su trabajo en los efectos que provoca el ambiente espacial, caracterizado por la ausencia de gravedad, la exposición a radiación y el vacío, en las células madre. 

Para ello, ha enviado ya tres experimentos a la órbita espacial, todos relacionados con la bioterapia regenerativa, campo en el que se especializa y que se basa en el uso de células madre mesenquimales, un tipo de célula madre adulta.

Inicialmente, sus investigaciones buscaban determinar el potencial de estas células en tratamientos para personas que han sufrido derrames cerebrales. Sin embargo, los hallazgos en el espacio abrieron nuevas líneas de exploración.

“Uno de los primeros fundamentos es ver cómo la ausencia de gravedad influye sobre su división celular y su tasa de crecimiento. Queríamos ver si las células cultivadas en el espacio son mejores o crecen más rápido que las cultivadas en el laboratorio. Cuando hicimos nuestro primer vuelo espacial, realizamos un descubrimiento realmente interesante, ya que nos dimos cuenta de que la ausencia de gravedad afecta a las células madre, pero depende del tipo de célula madre”, relató el doctor Zubair.

A partir de esos resultados, el científico decidió profundizar en cómo las células madre mesenquimales, encargadas de generar las células óseas, podrían ser clave en el tratamiento o la prevención de la osteoporosis, un padecimiento que provoca la disminución de la densidad ósea.

Pero su interés no se detuvo ahí. Zubair también está evaluando el comportamiento de las células madre asociadas a la leucemia cuando se exponen al entorno espacial.

“También estamos trabajando en entender el impacto de la radiación espacial, desde la perspectiva de cómo podemos mitigar el efecto de la radiación y prevenir el cáncer”, agregó.

Las implicaciones de su trabajo podrían ser significativas para el desarrollo de terapias como las células CAR-T, los trasplantes de médula ósea y otros tratamientos dirigidos a pacientes oncológicos.

“Si podemos entender cómo las células madre en el espacio se expanden y diferencian para producir células inmunitarias, como las células tipo T o los micrófagos, aprenderemos cómo hacerlas de manera más eficiente”, explicó el especialista.

Además, comprender estos mecanismos podría servir para proteger a las células en situaciones de exposición a radiación en la Tierra, como la que ocurre en accidentes nucleares, detalló el médico.

El doctor incluso plantea un escenario futurista, pero no descartable, en el que las personas viajen al espacio para recibir tratamientos oncológicos.

“Si es ese el caso, esa ausencia de gravedad puede inducir a las células de la leucemia u otro tipo de célula cancerígena a entrar en el ciclo celular, lo que las hace más susceptibles a la quimioterapia. Entonces, en lugar de administrar la quimioterapia en la Tierra, se podría ir al espacio, donde la ausencia de gravedad hace que las células cancerígenas sean más vulnerables a la quimioterapia. Sería un motivo más para ir al espacio. Definitivamente, es algo que me encantaría explorar”, afirmó.

En cuanto a sus próximos proyectos, el doctor Zubair prepara dos nuevas misiones a la Estación Espacial Internacional. Una de ellas se enfocará en determinar si las células madre contenidas en la sangre del cordón umbilical, conocidas por su potencial terapéutico, pueden ser multiplicadas en el espacio.

La otra investigación buscará comprender mejor cómo ciertos tipos de células involucradas en la formación de los huesos podrían verse favorecidas por un compuesto espacial, abriendo la posibilidad de combatir la pérdida ósea.

“Si funciona, entonces definitivamente veremos cómo podemos tratar a pacientes con osteoporosis, particularmente a mujeres, pacientes con cáncer o personas que están postradas en la cama por mucho tiempo y no soportan peso, lo cual afecta sus huesos”, explicó.

Todos estos experimentos, enfatizó el doctor, se realizan de manera paralela en la Tierra, utilizando células idénticas, con el fin de comparar los resultados y comprobar si realmente el espacio ofrece ventajas para la medicina.

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